jueves, 5 de abril de 2012

División del texto de Kant.

El texto fundamentación de la metafísica de las costumbres se ha dividido en dos capítulos en los cuales hemos reflejado lo siguiente:

1º Capítulo.

En el primer capitulo hablaremos del transito de un conocimiento moral vulgar de la razón hacia un conocimiento filosófico, que dependen en su mayoría de una voluntad buena (reflejada en si misma) que es la única que se podría pensar dentro y fuera del mundo. Para poder explicar la palabra voluntad en su mayor autenticidad se utiliza el deber que en su generalidad tiene una voluntad buena salvo algunas excepciones, entre ellas en las que la persona no se inclina directamente, aun así estas son llevadas a cabo por el empuje de otras. Por ello uno de los deberes universales es conservar la vida pero solamente es verdaderamente moral cuando se realiza teniendo de por medio muchas dificultades. Otra seria que una acción hecha por deber tiene su valor moral solamente cuando se basa únicamente en la voluntad sin importar los efectos, causas, fines etc. La ultima y consecuencia de las anteriores seria que aun siguiendo la propia voluntad hay que respetar la ley aun “caminando” en contra de las propias inclinaciones. Por lo que el único principio de la voluntad tiene que ser las acciones intentando con ellas que se hagan totalmente universales.


2º Capítulo.

En este capítulo tratamos sobre el tránsito de la filosofía popular a la metafísica de las costumbres. Para no confundirnos con las ideas del deber y para mantener en nuestra alma la consideración de la ley no hay nada como la certeza de que nunca ha habido acciones de esas fuentes, que tratan sobre la razón, esta, por sí misma, ordena todo lo que debe suceder. La razón está determinada por una voluntad como fundamento priori, casi todo lo que determina la voluntad a través de exhibición de la razón es prácticamente bueno por causas objetivas. La voluntad muestra una relación con la ley objetiva y la voluntad objetiva, las cuales dependen de los imperativos, que pueden ser de dos formas: todos los imperativos mandan, pero si la acción es buena sólo como medio para un objetivo, se le denomina imperativo hipotético, si la acción es buena en sí, se denomina imperativo categórico. Estos imperativos buscan la universalidad de la ley la cual está exigida por la voluntad y la ley universal de la naturaleza, que se unen en la naturaleza racional. Existe por lo tanto un principio práctico supremo y un imperativo categórico, el fundamento de este principio consiste en que la naturaleza racional existe como fin en sí misma, así se representa, tanto al hombre como a cualquier ser racional, su existencia.

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